Christian Haupt, campeón del Mundo en Kona

El mundo del triathlón, como el de las carreras esta de moda, y donde ahora está mi casa, en Hannover, he tenido el placer de conocer a una persona increíble, la cual te lleva a hacerte preguntas tales como:
-Cómo puedo estar cansado?
-De dónde saca el tiempo Christian?
Así que aquí os dejo una pequeña descripción de lo que ha hecho Christian el pasado día 8 de octubre de 2017:
Christian, explícanos a los pedroleros, cómo te sientes?

Pues así es, soy campeón del mundo!
Poco a poco me voy dando cuenta de que, incluso si todo el mundo me pellizcase a la vez, seguiría siendo Campeón del Mundo, ya que no es ningún sueño. Lo que he conseguido y lo que siento desde que terminé el Ironman de Hawaii el sábado, es casi indescriptible (no solo los dolores de cuadricep).

Intentaré describir brevemente la competición, pero tengo que mirar 5 años atrás. En 2011 cambié el mundo del atletismo por el Duatlón. Estaba cansado de encadenar una lesión tras otras, debido a las altas cargas de entrenamiento, y como todavía tenía por ahí una BTT de cuando era joven, me pude reactivar de forma rápida. Para la primera carrera me tuvo que convencer un compañero para pasarme y competir en un duatlón. En esta primera carrera, fui capaz de asegurarme la clasificación para el Campeonato Mundial de Duatlón en Gijón, España.
En ese mundial, inesperadamente quede subcampeón del mundo en mi categoría (que no profesional). Pero mi objetivo era otro, yo quería hacer triatlón, yo quería ser IronMan. Sólo había un problema, no sabía nadar, y no es broma! Muchos me preguntaron por qué quería aprender a nadar, que podría tener un futuro lleno de exitos en duatlón. Otros fueron más honestos y me preguntaron si tenía algún problema con las leyes de la flotación (literal).
Pero me sentí atraído por ello, algo nuevo para aprender supondría un autentico reto, del que incluso mis padres pensaron que nunca lograría hacerlo bien. Durante todo el invierno trabajé más que todos los otros en la natación. Siempre fui el Last-Man-Out-Of-Water. El equipo de triatlón de la Bundesliga me llamo "recolector de millas basura".

En la primavera de 2012, yo estaba en un estado de forma mucho mejor, tanto en bici, como corriendo. Incluso nadando había hecho muchos progresos. Ese debía de ser mi año. Quería sorprender a todos y mostrar lo que es posible. Pero como tantas veces pasa, los planes no se pueden cumplir. En un solo entrenamiento me derrumbé por completo. El plan de entrenamiento decía 6x1000m por debajo de 3:00/km, sin embargo, en la 4ª serie ni siquiera podía mantener 3:35/km. Incluso después de la recuperación estaba vacío, muy pálido y totalmente agotado. Dormí casi 24 horas seguidas.
Tenía mononucleosis, y me había dado bien fuerte.
A partir de entonces, casi era incapaz de subir a mi piso en la tercera planta, sin hacer un descanso. Fueron 3 meses de una debilidad difícilmente descriptible. Así que mis días de entrenamiento se transformaron en trabajar y, después, reposo absoluto en la cama para recuperar. Exactamente un año después, pude completar mi primera sesión de entrenamiento. Sin embargo, tenía que tratar de demostrarme que no había perdido todo. Poco a poco, luche y entrene mis nuevos 3 deportes, durante 2 años me preparé para mi objetivo, para mi sueño, hasta que el año pasado en Mallorca participé y terminé mi primer IronMan. Cruce la linea el noveno de la general, y primero de todos los amateurs con un tiempo de 8:54, dándome la clasificación para el Campeonato del Mundo de Ironman en Hawai.

Desde que conseguí la clasificación solo he tenido un objetivo y ha sido el Ironman en Kona. Mi objetivo no era ganar, lo cual pensé que sería un poco presuntuoso, lo que yo quería era no hacer el ridículo. Para eso, ciertamente, no salgo. Sólo quería hacer una buena una carrera, que me permitiera estar personalmente satisfecho. Cuanto más se acercaba el gran día, más sabía hasta donde podía llegar, pero Hawaii es muy duro, y sólo quería hacer una buena carrera. Tener un buen día.

Pero entonces todo cambió, 25 días antes del gran día, una mala caída en bicicleta, la cual hizo qu ese partiera mi bicicleta, me dejo un buen golpe en el hombro y un montón de rasguñazos por todo el cuerpo. Incluso ahora no puedo dormir sin dolor si me apoyo en ese lado. No pude nadar hasta 11 días antes del día D. A partir de entonces, las cosas cambiaron, y recuperé mi forma de nadar sorprendente rápido.

El primero que me hizo dar un tiempo fue Simon Lange de Neue Presse en Hannover. Dije 9:15h y se encogió de hombros, porque en Hawaii, debido a las condiciones climáticas pueden pasar Muchas cosas. Ahora bien, no era imposible. Por un lado, él me lleno de elogios que me dieron confianza, pero por otro pensé que soy un poco bocazas. Pero a partir de ahora, ya tenía fijado un objetivo. Al llegar a Hawaii, no me encontraba muy a gusto con las condiciones climáticas, pero mis sensaciones fueron mejorando día a día. Y pasados 5 días, me dije que ya podía llegar el sábado.

El sábado me levante con un día estupendo, esos días que siempre quieres tener, y si es el día del mundial, pues mejor que mejor. Sin embargo, una vez más el comienzo no fue perfecto. El viernes me hice un corte en el dedo del pie mientras nadaba, pero estaba bien (siempre y cuando permaneciese bien tapado). El sábado por la mañana, al hinchar la rueda, me quede con la válvula en la mano, pero como tenía tiempo, la pude cambiar sin entrar en pánico, casi exactamente como en el Campeonato de Europa en Walchsee.
Pese a este este percance tuve tiempo suficiente para entrar pronto en el agua. Con un poco de esfuerzo pude conseguir un buen sitio de salida entre los casi 3000 brazos que golpeaban el agua. Debí de coger una buena corriente, porque comencé pronto a adelantar a gente. Muy pocas veces la calle de natación se volvía estrecha y era entonces cuando había algún golpe, pero eso es frecuente en este deporte. Me sentía rápido. Salí del agua en 57:39. Nunca pillo tiempos en la natación, para no llenarme de pensamiento negativos, pero al coger la bicicleta y ver el cuentakilómetros, vi que había hecho menos de una hora.

En la bici fui todo el tiempo pensando en no recibir ninguna penalización por tiempo. Después de un montón de adelantamientos llegué a la Highway de Hawaii, y ahí ya estaba mucho más vacía. A partir de entonces, la carrera iba en la buena dirección. Bueno, 2 veces no me funciono el cambio y hacer subidas con una cadencia de 50 en un IronMan no es particularmente agradable. Eso me costó algunas posiciones con la bici. Pero las huecos los pude ir cerrando antes de bajarme de la bici. Después de 4:51:49 en la bici me puse las zapatillas de correr.

Al ponerme en marcha de nuevo, me di cuenta de que no sería fácil. Sin embargo, rápidamente encontré mi ritmo y corrí constante entre 4:00 y 4:10. Una vez llegados a la Energy-Lap las piernas comenzaron a estar más pesadas. Sin embargo, seguía ganando posición tras posición. Hasta que conseguí ponerme 3er amateur. Al acabar la Energy-Lap quedan 12km hasta Kona, 12 kilómetros muy difíciles. Los dolores de todo el cuerpo por el calor, la humedad y el viento fuerte al final. Sólo la cabeza quería terminar la carrera. Así fue que me acabé por acostumbrar a estar fuera de la zona de confort. No podía pensar con claridad, centrado sólo en el siguiente paso. En esos interminables 12 km mi cuerpo ya no era amigo de mi mente, ya no era mi amigo. Mi cabeza quería llegar a meta y mi cuerpo pararse a la sombra. Era mucho el sufrimiento, pero aún podía ser más, en el kilómetro 40 vino desde atrás un belga (también amateur), pero, una vez más, mi cabeza saco fuerzas de donde no las había y volví a rodar a ritmo, y no consiguió adelantarme. El maratón lo terminé en 3:05:57. El tiempo total fue de 9:00:35
En la meta, el belga y yo en el suelo. Quería darle la enhorabuena, y chocarle la mano, pero no me podía levantar del suelo ... y el estaba en las mismas condiciones. Así que gatee hasta el y nos dimos la mano. Esto también entra dentro del triatlón! Una escena que siempre recordaré.
Dar las gracias a mis padres y Sara por apoyarme en esta, mi locura. A Mario Schmidt-Wendling por llevarme con una precisión milimétrica en mi estado optimo a cada competición!
Al día siguiente, como buen alemán regué mi titulo con cerveza, (si, en Hawaii hay cerveza). La orginal Craft Beer! 

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